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Un espumoso de doce años… Confieso que cuando lo empecè a abrir estaba algo escèptico, pero de inmediato la presiòn que ejerciò el corcho hizo que me diera cuenta que aùn estaba con vida, con mucha vida. Antes de pasar al anàlisis les cuento que se trata de un corte compuesto por un 85% Chardonnay, un 10% de Pinot Gris (uva comprada por Pisano) y un 5% Viognier (gracias Gustavo Pisano por la informaciòn).

Al servirlo en la copa forma una imponente espuma que corona un lìquido de color oro viejo con ribetes dorados intensos, testimonio de su evoluciòn. Luego las burbujas suben lentamente, con la paciencia que tantos años les han dado. En la copa se notan los 14 grados de alcohol impropios de un espumoso, al formar làgrimas que bajan con parsimonia.

Aromàticamente es complejo, con aromas a limòn confitado, frutos secos, levadura, brioche, tonos florales marchitos y un dejo levemente mineral. En boca es potente, untuoso y elegante. Entrega sabores a limòn abrillantado, como el que se usa para los budines ingleses, junto con levaduras.

El final de boca es prolongado, con un retrogusto que mantiene la fruta cìtrica abrillantada y manzana verde rallada. Se suma al final algo de frutos secos a la mezcla, especialmente almendras, hacièndolo màs complejo aùn.

Un espumoso que vale la pena probar. Son pocas las etiquetas de espumosos con doce años encima que encontramos aùn vivas, y para aquellos que estamos al alpiste de tesoros embotellados, algo asì es una bendiciòn. Quedan algunas botellas en licorerìa Las Croabas, en Rivera y Soca.

Acompañò de maravilla un arroz con camarones, leche de coco y pimentòn.

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