Aquellos que me siguen sabrán que tengo una especie de obsesión con los vinos espumosos. Realmente considero que son sinónimo de festejo y de honra al momento. A veces sirven para acompañar buenos momentos y en otras ocasiones tamizan momentos no tan buenos (sí, parafrasee a Winston Churchil y su “merecido en la victoria y necesario en la derrota”).
Ya he escrito sobre champagne en repetidas oportunidades. Hoy voy a cambiar de país para escribir del espumoso más prestigioso de Italia: Franciacorta.
Primero nos vamos a ubicar en el mapa. Franciacorta es una región ubicada unos 60 kilómetros al este de Milán, muy cerca de Brescia, en Lombardia, Italia. La apelación Franciacorta cubre el territorio ubicado al sur del lago Iseo y cuenta con 19 comunas habilitadas para la producción de este espumoso. Hoy en día es una DOCG (denominazione di origine controllata e garantita), es decir que está en la cúspide de la pirámide de calidad de los vinos italianos.
Con respecto a los suelos, es muy difícil hacer una generalización ya que hay 64 tipos diferentes registrados en la zona, pero si tuviera que resumirlo, se podría decir que son suelos ricos en minerales y con buen drenaje.
Es más popular en Italia que en el exterior ya que la producción es aún “pequeña” en términos internacionales y eso no permite una gran exportación. Para darles una idea, la región cubre menos de un décimo de la región de Champagne, produciendo poco más de 17 millones de botellas al año. Para ponerlo nuevamente en perspectiva con respecto a Champagne, esta última produce más de 320 millones de botellas anualmente.
Hacia fines del siglo XIII aparece la primera referencia al nombre, cuando la zona se conocía como “Franzacurta”. Si bien el origen exacto del nombre no está confirmado, se cree que proviene del latín Curtes Francae, que refiere a tierras exentas de impuestos, particularmente aquellas tierras de las órdenes monásticas.
Es hacia fines del siglo XVI que encontramos las primeras referencias a los vinos efervescentes de la región. El doctor Gerolamo Conforti publicó su Libellus de Vino Mordaci (Libro de vinos efervescentes) donde menciona que en la región se producía un vino con burbujas (sin tener una explicación para ello) y que los productores habían logrado controlar este fenómeno.
Pero para que la historia moderna del espumoso franciacorta comenzara hubo que esperar hasta 1950. Franco Ziliani, una estrella de la enología que estaba apareciendo, comenzó a experimentar con la producción de un vino espumoso con segunda fermentación en botella (método tradicional). Recién en 1961 la primera añada oficial fue lanzada al mercado. Se trató de un Pinot di Franciacorta, hecho mayoritariamente de Pinot Bianco.
Pocos años más tarde, en 1967, la región adquiere el status de DOC y en 1995 se convirtió en la primera DOCG italiana exclusivamente para vinos espumosos hechos según el método tradicional. De hecho antes de su ascenso a DOCG, el nombre de la apelación era usada también para los vinos blancos y tintos tranquilos de la región. Por ello se creó la DOC Curtefranca para los vinos tranquilos con el fin de que los vinos espumosos disfrutaran de la jerarquía y fama de la nueva DOCG.
Las uvas principales que se usan para la elaboración de franciacorta son Chardonnay, Pinot Nero y Pinot Bianco, la cual no puede sobrepasar la mitad del blend. Hay una cuarta uva local, llamada Erbamat que se puede usar desde el 2017 y no puede exceder el 10% del vino.
Algo único de franciacorta es que es el espumoso cuya exigencia mínima de tiempo sobre lías es la mayor del mundo, 18 meses (frente a 15 del champagne por ejemplo). También hay versiones “millesimato” que requieren 30 meses y los Riserva que necesitan estar 5 años sobre lías, además de ser hechos solo en añadas excepcionales.
Satèn es un Franciacorta Blanc de Blancs, mayoritariamente Chardonnay que requiere un mínimo de 24 meses sobre lías y se produce con una presión menor a las demás versiones. Esto hace que sea sumamente suave, lo cuál da lugar a su nombre. El Franciacorta Rosé debe estar compuesto de un mínimo de 35% de Pinot Nero y también requiere 24 meses sobre lías como mínimo.
Franciacorta es una de las pocas DOC/G en el mundo cuyo solo nombre es garantía de calidad, por lo que no es necesario que la sigla DOCG aparezca en la etiqueta. Lo mismo sucede con Champagne, Jerez, Asti y otras pocas más. Los niveles de azúcar se miden por los parámetros de la Comunidad Europea, es decir que los Franciacorta Zero Dosato tendrán hasta 3 gramos de azúcar por litro, los Extra Brut hasta 6, Brut entre 6 y 12, Extra Dry entre 12 y 17.
En el caso del Franciacorta Non Vintage, Rosé y Millesimato podremos encontrar todas esas versiones, mientras que los Riserva no se hacen en versión extra dry. El Franciacorta Satèn se produce sólo en Brut.
Si quieren saber más, pueden entrar a la página oficial del Consorzio de Franciacorta: https://franciacorta.wine/en/
Al momento de escribir este artículo me enteré que existe el Franciacorta Futbol Club, que milita en la serie D del campeonato Girone B de Lombardía. Al 14 de abril está sexto en la tabla en posiciones de playoff. Vamo el Franciacorta vamo que el año que viene estamos en la C del Girone B!!!