Skip to content Skip to footer

En el XIV Salòn Conrad Internacional del Vino escuchè a alguien preguntando por el vino naranja, y si bien tenìa una idea de què se trataba, quise investigar màs sobre de este tema que aparece cada vez màs y màs en Internet, donde mucha gente lo menciona junto con el vino azul (ya hablaremos màs adelante de èl) como una tendencia. Aquì comparto lo que descubrì.

Resumido en una frase se podrìa decir que nace de uvas blancas pero se elabora como un tinto, pero es una definiciòn algo pobre por lo que tratarè de ir un poco màs allà.

Para empezar indicar que hay un vino naranja con Denominaciòn de Origen donde la definiciòn anterior queda demasiado corta en realidad. Se trata del certificado por el Consejo Regulador de la Denominaciòn de Origen Condado de Huelva (la etiqueta que ilustra este artìculo). Este vino nace de uvas blancas, cuyo jugo queda en contacto con los hollejos. Luego se le añade alcohol previamente macerado con cortezas de naranja amarga. Posteriormente el mosto, junto con los hollejos, pasa a un proceso de crianza en un sistema de soleras (como el que se usa en Jerez) durante no menos de dos años. Para ello se usan barriles de roble con una capacidad inferior a los 650 litros. El grado alcohòlico al que llega este vino es de un mìnimo de 14,5% y un màximo de 17%. Tomando en cuenta la adiciòn de alcohol se trata de un vino fortificado en realidad.

Una de las notas de cata que pude hallar en la web describe este vino como poseedor de un “paticular sabor dulce pero con cuerpo, mantiene ligeras sensaciones cìtricas surgidas por el contacto con la piel de naranja. Incluso el sabor a frutas maduras y madera puede aparecer durante la degustaciòn”. Otros degustadores lo mencionan como “una bebida compleja y robusta”.

Se tienen registros de esta elaboraciòn desde el año 1000 de nuestra era en paìses como Armenia y Georgia. Mucho màs cerca en el tiempo muestra su importancia cultural al ser mencionado en la obra “Platero y yo” de Juan Ramòn Jim+enez: “…llegado septiembre, si el diablo no agua la fiesta, se colma esta copa, hasta el borde, de vino naranja y se derrama casi siempre como un corazòn generoso”.

Se puede hacer vino naranja fuera la de DO, para el cual el uso de càscaras de naranja es poco frecuente o al menos no es mencionado. Lo que se mantiene es el hecho de dejar macerando durante mucho tiempo (meses incluso) los hollejos de la uva con el mosto. Actualmente hay varios paìses que estàn elaborando este tipo de vino, pero es en Italia donde ha pisado màs fuerte. Allì se usan uvas blancas como la Carricante, la Grecànico Dorato y la Coda di Volpe. Vale destacar que al dejar tanto tiempo los hollejos en contacto con el mosto, hay traspaso de pigmentos, los que le dan a este vino su color tan particular. Tambièn hay traspaso de polifenoles, entre ellos los taninos, sustancias que obviamente no se buscarìan en la elaboraciòn de un vino blanco o un rosado suave.

Podemos encontrar tambièn ejemplos de este vino en Estados Unidos, Alemania, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Croacia, Eslovenia y aquì cerca, en Argentina: el Torrontès Brutal de Passionate Wine.

Transcribo la descripciòn que podemos hallar en la pàgina web de la bodega “Proviene de un viñedo implantado en Tupungato, a 1.100 metros sobre el nivel del mar. Su color es muy particular: naranja, por ser fermentado con piel y semillas como si fuera un tinto, pero con uvas Torrontès. Es un vino de gran intensidad aromàtica, seco, con estructura y con taninos como un Malbec. Ideal para comer con corderos, bife de chorizo y quesos”. (crèdito de la foto: www.vinhoparatodos.com) Sin dudas es un vino interesante para probar y descubrir. Precio referencia hallado en la web: $A 200 (aproximado).

Parece raro hablar de tendencia al mencionar una forma de elaboraciòn milenaria, pero en el mundo del vino lo antiguo está volviendo, convirtièndose nuevamente en regla.

Deja un comentario

0.0/5