Afortunadamente de un tiempo a esta parte hay nuevas etiquetas en las gòndolas que llaman la atenciòn por su diseño y originalidad, apostando muchas veces al arte como recurso para sobresalir. Hace un tiempo les contaba sobre la bodega El Capricho con sus zorros vistiendo las botellas. Hoy es el turno de Casa Grande Arte y Viña, una pequeña bodega cercana a La Tahona, que nos presenta cinco nuevos personajes para invitar a nuestras reuniones.
Hace pocos dìas la lìnea clàsica de Casa Grande Arte y Viña cambiò sus etiquetas de la mano del artista plàstico uruguayo Gastòn Izaguirre. Me puse en contacto con Florencia de Maio para consultarle un poco màs acerca de este cambio, que no responde al azar, sino a algo muy bien pensado, como veràn a continuaciòn.
¿Què importancia consideran que tiene la etiqueta en un vino?
La etiqueta tiene que conseguir crear emociones y sensaciones a travès de los sentidos y reproducir “la esencia y el espìritu” que hay detràs de cada vino. Es bien importante.
¿Còmo ven la generalidad de las etiquetas en el Uruguay?
Siempre fuimos muy fanàticos de lo colorido, cada vez se ven màs etiquetas queriendo mostrar algo màs que la informaciòn.
¿Cuàndo surge la idea de llevar el arte a las etiquetas?
Desde el 2013 comenzamos llevando el arte a las etiquetas cuando, Adela Casacuberta (ilustradora y diseñadora gràfica) nos diseñò las etiquetas de los actuales vinos como son el Albariño, Tannacito, Grappa y ahora Zelante Brut Nature. (nota: el Zelante tambièn ha cambiado la etiqueta como se ve en la imagen).
¿Còmo surge el contacto con Gastòn Izaguirre?
Gastòn fue uno de los primeros comensales en el ciclo de cenas que hicimos con Dante Donna (maestro de cocina italiano) en febrero de 2013, y desde entonces comenzamos a relacionarnos. Conjugamos en la idea de transmirir personalidad al vino y què mejor que con una obra de arte de un artista Uruguayo.
¿A què responde cada etiqueta?
Cada obra corresponde a un personaje y asì fue pensado, lo que hicimos fue una lluvia de ideas que englobara las descripciones de cada vino y Gastòn lo interpretò de una manera muy definida, que cada vino habla por sì solo muy fàcilmente. Queremos que se entienda, que acerque a màs personas que no sepan del tema y llegar de una manera màs amable y “fàcil” al consumidor de vino.
Junto con las respuestas a mis preguntas, desde la bodega me enviaron un texto que comparto con ustedes, no sin antes dejarles la imagen de cada uno de los nuevos integrantes de nuestras gòndolas. Ademàs de las obras de arte, las contraetiquetas presentan al Sauvignon Blanc, amigable y jovial; el Rosè, fresco, ligero y aventurero; el Merlot, joven, autèntico y muy versàtil; el Cabernet Franc sofisticado, complejo y enigmàtico y el Tannat, intenso, reservado y seductor. Haciendo click en ellas las veràn en detalle.
Desde que vimos cada etiqueta no dejamos de imagirnanos una “fiesta en la bodega” con los 5 vinos invitados, donde el Sauvignon Blanc, clon sudafricano mira tìmida y respetuosamente al clon francès pero internamente sabe que es muy bueno y solicitado. Ademàs tiene el aliado gastronòmico perfecto que son las berenjenas a la italiana que juntos se pontencian al màximo.
El Rosè no deja de captar miradas de los invitados y con su onda canchera los convence a todos de acercarse.
El Merlot con su particularidad de clon sudafricano muy bien logrado, lleno de fruta concentrada y muy amable, queda rodeado en medio de la pista y todos quieren tenerlo cerca, se adapta muy bien segùn el tipo de fiesta.
Cabernet Franc entra con su tapado negro largo y elegante con aire de superioridad, pues este sì es Francès y le hace honor. Es difìcil, hay que darle todas las condiciones para que se sienta còmodo y nos regale unas buenas frutas para elaborar, pero cuando se lo propone, le sale bàrbaro y por eso lo embotellamos varietal.
Tannat, el Tannat està seguramente acodado a la barra con copa en mano y escuchando melancòlicamente la mùsica que suena, es sensible y fuerte a la vez. Una vez que se lo conoce, difìcil serà volver atràs.